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viernes, 25 de octubre de 2013

La Generalización del Impuesto al Valor Agregado

Ante la pobre recaudación tributaria de México –que se ha mantenido en promedio entre el 10 y 11% del PIB durante los últimos 10 años, mientras que sus gastos rondan el 20%– la reforma fiscal ha sido un tema recurrente. En este marco, la generalización del Impuesto al Valor Agregado se presenta como una opción importante. Sin embargo, el tema ha estado sujeto a una discusión de perfiles dogmáticos. En el presente documento se aportan algunos elementos que deberían ser valorados en la discusión y considerados a la hora de aceptar o no la generalización del impuesto. Si el argumento para no generalizar se sustenta en la idea de la regresividad del impuesto, es necesario precisar que la configuración de las tasas actuales genera una situación de mayor inequidad en función de los receptores del apoyo.

http://www.revistas.unam.mx/index.php/rmspys/article/view/42739


lunes, 7 de octubre de 2013

Una reflexión sobre la reforma educativa y la movilización docente



Derivado de la presencia de los mentores oaxaqueños en la capital del país y de las protestas por la reforma educativa que se han hecho muy acaloradas y han estremecido la vialidad de los capitalinos, habría que hacer una reflexión sobre aquellos puntos que se encuentran presentes en las pláticas de banqueta entre aquellos que se encuentran a favor de la reforma y en contra de los maestros o viceversa.

Cuáles son los motivos de la lucha: el mantener las plazas de forma vitalicia con el derecho de poder heredarlas, no ser evaluados por considerar que en algunos casos los profesores no se encuentran en las mismas condiciones debido a la zona geográfica en la cual se desempeñan con respecto a los demás y la privatización de la educación en el país.

Si esos no son los principales elementos por los que los maestros de la sección 22 están en contra de la reforma educativa es necesario que su comunicación sea más clara y precisa porque al menos incluso entre sus simpatizantes esos elementos son insuficientes para que se mantenga la lucha. La disyuntiva con ello como en muchos casos es que las demandas son sumamente controversiales y pierden su peso específico cuando se ponen a la luz del objetivo que debería tener nuestro sistema educativo, que de acuerdo con el artículo tercero de nuestra carta magna deberá desarrollar armónicamente, todas las facultades del ser humano, así como otros valores ético, cívicos y morales.

Las plazas que se heredan

Tiene mucho sentido el que una persona quiera vender su plaza, si es considerado como uno más de sus activos. Si para ingresar al magisterio se ha tenido que pagar una determinada cantidad de dinero es justo que se pueda pensar que la plaza es una inversión que solo es rentable si se puede mantener de forma indefinida e incluso negociarla cuando se llegue a la edad del retiro o cuando ya no se quiera trabajar como maestro.

Es comprensible hasta cierto punto que en algunos lugares se desee mantener la capacidad de heredar las plazas laborales ya que el mal desempeño de la economía no ha generado la cantidad de empleos y oportunidades suficientes por lo que cuando una persona tiene la suerte de encontrar un trabajo que le permita mantener un nivel de ingreso permanente lo asume como el mejor legado que le puede brindar a su descendencia.

El problema con las plazas que se heredan es que si bien en muchos oficios el amor por lo que se hace es fundamental y arroja el mejor resultado, en el caso del maestro de primaria la vocación es un elemento que cambia la esencia de las personas que son partícipes del proceso de enseñanza-aprendizaje. Seguramente quien tuvo la dicha de encontrarse en su camino un maestro con vocación todavía de vez en cuando se acuerda de él, de sus consejos y enseñanzas. El problema es que la vocación no se hereda.

La evaluación para ser mejores

En México la heterogeneidad de su territorio y población genera una condición muy complicada en la puesta en marcha de las políticas públicas, caso del que no escapa la política en materia educativa y que en ese sentido complican la operación. Es un hecho que las condiciones en las cuales desarrolla su labor un profesor de primaria en las ciudades es distinta a las que se viven en algunos municipios rurales y mucho más en aquellos poblados que teniendo una masa poblacional baja tan solo cuentan con una aula de usos múltiples que sirva para ofrecer en un mismo espacio los seis cursos que se ofertan a nivel primaria.

Bajo el escenario descrito el establecimiento de una evaluación general resulta poco deseable e injusta. No obstante, será que los maestros en condiciones de infraestructura física y tecnológica insuficiente también tienen carencia respecto a los contenidos de los diferentes cursos de primaria y por ello al evaluarlos se estaría denotando esa condición. El no evaluarlos nos orilla a pensar que las personas que viven en esos lugares no merecen tener profesores preparados  y con ello se da un círculo vicioso en donde las condiciones geográficas se conjuntan con las deficiencias en el quehacer de los profesores para dar por resultado un sistema educativo que no cumple con su función de preparar a las personas de manera estándar dándoles la oportunidad de tener una perspectiva mejor sobre su futuro.

La evaluación de los profesores en ningún caso debe de ser punitiva, por el contrario, debe servir para generar información que sea usada en la consolidación de estrategias que impacten de forma positiva a la sociedad mediante una política educativa que entiende cuáles son las deficiencias que se tienen y se actúa en consecuencia. Si los maestros no están preparados deberían de ser capacitados entendiendo claramente cuáles son sus limitantes y que es lo que se espera de ellos, por su parte los maestros deben de tener esa pasión por la actualización y ese deseo por ser mejores. La evaluación debe dejar atrás cualquier componente de orden político y no debe ser sujeta a los manejos de grupos de interés.

La evaluación y la actualización deben servir como un incentivo positivo para que los maestros puedan acceder a diferentes beneficios como son las reclasificaciones escalonarias, las reubicaciones, las licencias, etc. Minando con ello la coerción que tienen los sindicatos sobre ellos, ya que es un secreto a voces que aquellos maestros que no apoyan el sindicato quedan fuera de todos los beneficios que éste les puede granjear y que en muchos casos deberían de ser parte de sus derechos. En este sentido los maestros no tendrían que buscar en las calles lo que pueden conseguir mediante un esquema de preparación y evaluación permanente.

La privatización de la educación
Un argumento que se hace recurrente es que la reforma educativa conduce a una privatización de la educación y el caso curioso es que mientras la educación pública sea percibida por la sociedad como un servicio de mala calidad, no será el gobierno el que privatice la educación van a ser los sindicatos de maestros renuentes al cambio los que cada día manden a más padres de familia preocupados por el futuro de sus hijos a escuelas privadas en las cuales doscientos días de clase, serán doscientos días de clase efectivos.

La suerte para aquellos que no quieren cambiar es que tampoco la condición de los mexicanos es mejor que hace algunos años y en ese sentido aun cuando a muchos de ellos les interesaría explorar qué se ofrece en las escuelas particulares no lo pueden hacer. Considerando tan sólo al nivel primaria en promedio cerca del 11% de la matrícula  de dicho nivel es atendida por escuelas privadas.

La mejor forma de no transitar de una educación pública a una privada es cambiar la percepción de la ciudadanía no con palabra ni argumentos sino con hechos que den la idea del compromiso de los maestros en ofrecer dentro del aula un cambio en el servicio que ofrecen.

Tan sólo con la intensión de aportar algunos elementos de referencia. Si se toman los datos históricos de la prueba ENLACE (Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares), se pueden denotar algunos aspectos de interés respecto de la educación primara pública y privada, en principio se debe decir que la escuela pública ha mejorado respecto a los años anteriores, tanto en la prueba de español como matemáticas ya que mientras en 2006 tan sólo el 19% y 16%, respectivamente de la población se encontraba en un rango de bueno y excelente para 2013 los porcentajes se habían incrementado a 42% y 48% respectivamente (gráfica 1 y 3).

     




Sin embargo no obstante el nivel de mejoría la educación primaria privada presenta en 2013 una población de 65% y 62% en las categorías mencionadas para el caso de español y matemáticas, habiendo tenido una mejoría al igual que la primaria pública pero con menor dinamismo (véase las gráficas  2 y 4).





A este nivel la educación privada tiene un nivel bajo de estudiantes con evaluaciones insuficientes por lo que eso puede ser un incentivo para que padres de familia preocupados por el futuro de sus hijos realicen un esfuerzo y los inscriban en escuelas de paga, siendo ese un camino hacia la privatización de la educación.

Insisto que si esos no son los elementos por los cuales los maestros de Oaxaca iniciaron el ciclo escolar en las calles de la ciudad de México en lugar de sus salones de clase, deben de replantear la forma en la que comunican sus inconformidades, desavenencias y malestar, o bien es probable que el canal no sea el adecuado y aun cuando sus demandas pudieran ser justas pierden el foco de atención por parte de las personas a las que afectan sus manifestaciones.

Lo cierto es que el sector educativo tiene severos desaciertos que deben ser solucionados si queremos tener un futuro menos incierto, no sé si la reforma va a tener ese potencial, pero lo evidente es que el escenario previo resultaba menos promisorio.

E.R. Cedillo